El diario del amargue

El mundo cambia frente a mis ojos cada día.
Los muertos siguen llenando archivos extensos,
algunos son míos y otros ajenos.
El llanto acumula mares que ahogan a algunos
de esos mismos muertos.

Las horas se anidan en mi rostro y olvido
gestos y hasta sonrisas ante la rutina.
Olvido momentos que fueron inolvidables en su tiempo,
pero de vez en cuando te detecto en el viento
y verdades añejas se despiertan de madrugada en mi boca para llenarte el oído.
Verdades que suelen ser inoportunas.

Pero el mundo sigue cambiando frente a mis ojos cada día
y cuando mis ojos se duerman frente a la luz del día
recordaré la sonrisa que olvidé en vida
y tendré los besos que no recibí
y no habrá verdades inoportunas que hieran la alegría,
aunque sea un invento mío la eternidad.

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